Juntaron las chauchas
para pagar el motel
más piñufla del centro
Estaban tan borrachos
que no pudieron desnudarse
Frente a frente
en una guerra de ronquidos
se ofrendaron el tufo alcohólico
hasta que un citófono chillón
les gritó que debían marcharse
El sol de febrero
los violentó a la salida
El paradero fue el marco del adiós
Nunca supieron sus respectivos nombres
ni por qué se habían amado tanto
y tan brevemente